Últimamente
he visto posts en Instagram de cuentas de Abogad@s en los cuales están creando
el estereotipo del profesional del Derecho inteligente, exitoso y con capacidad
técnica para prestar sus servicios utilizando como fondo las imágenes de
actores de series de abogados triunfadores con trajes, zapatos y celulares de
marcas ostentosas, que parecen salidos de concursos de belleza masculina o
femenina.
Pero
hace 26 años, cuando estaba recién graduado, recuerdo que en los Tribunales de
Valera y Trujillo llegaban Abogad@s con 40 y 45 años de graduados y eran
considerados extraordinarios profesionales, inteligentes, amables, humildes y
de alta capacidad técnica, y jamás usaban trajes y accesorios de lujo, eran
merecedores de respeto y admiración por su profesionalismo y preparación, y
este recuerdo me hizo evocar aquel refrán “El hábito no hace al monje”; es
probable que muchos clientes o potenciales clientes se dejen deslumbrar por la
forma de conducirse así, como Abogados de series de televisión, circunstancia
que respeto, pero que no es directamente proporcional con el talento,
inteligencia y profesionalismo para dar asistencia y representación técnica y
jurídica que todo cliente busca en un Abogad@.
Los
Abogados debemos procurar cada día enfocarnos en disponer de una correcta y
adecuada redacción y por supuesto preparar los argumentos a ser expuestos en
las audiencias, cuidando el orden cronológico y garantizar la comprensión de
los hechos con el propósito de ofrecer al cliente una asistencia o
representación que le aporte soluciones.
Me gustaría conocer tu opinión.
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